LLegamos a Huacachina sin saber que nos encontraríamos y, ciertamente, nos sorprendimos. Un oasis, con todas sus palabras. Una laguna rodeada de palmeras y un pequeño pueblo. Más allá del oasis en sí, gigantescas y extensas dunas, que después de recorrer casi cincuenta kilómetros llegan a la costa. Para disfrutar de estos paisajes nada mejor que recorrerlas con un "buggie" y practicar algo de sunboard.
La Reserva Nacional de Paracas cuenta, entre otros territorios, con las Islas Ballestas, hábitat de cientos de miles de aves y otras especies.
Anécdotas: Miles de aves, cormoranes, sobrevolando la zodiac en la que viajábamos. Aunque esto tiene su riesgo...uy...¿a quién le acaba de caer guano (mierda de ave) en la frente?...a Dácil jajaja.
Hostal. "Sun and Lake". Buenas instalaciones, terraza incluida, y buen ambiente.
Dunas Huacachina
Oasis de Huacachina
Para recorrer las dunas
50 km de dunas hasta la playa
En barco hasta Paracas
Reserva Nacional Paracas, miles de aves
Reserva Nacional Paracas
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