La hora prevista de llegada para nuestro vuelo estaba en torno a las 18:45. Era el día veintidós de agosto de 2011. Llevábamos casi siete meses y medio de viaje y, sin duda, la vuelta a casa generaba algo de nerviosimo. Acostumbrados a maratonianos recorridos en guagua, el vuelo de cuatro horas no supuso cansancio alguno. Durante el trayecto, ocupando como siempre los asientos pasillo y centro, nos dedicamos a intentar dormir, comer algo y leer cualquier cosa que cayera en nuestras manos. Una vez aterrizamos, la espera en el avión hasta que se abrieran las puertas se hizo más desesperante de lo habitual, no sabemos bien si porque se demoró en exceso o por las ganas de ver, en persona y no por ordenador, a aquellos de los que nos habíamos despedido el doce de enero. Íbamos en busca de nuestras más fieles compañeras de viaje, las mochilas, cuando de repente apareció Luis, el padre de Silvia. Momentos de alegría, emoción, abrazos. Tardamos algunos minutos en recoger el equipaje y ese tiempo fue realmente excitante. A la misma vez que hablábamos con él dirigíamos fugaces miradas hacia el exterior en busca de algún rostro conocido. Y, cuando desde la distancia pudimos percatarnos de la presencia de amigos que no esperábamos, nos miramos y dijimos, ¿quiénes están fuera?. Realmente nerviosos y emocionados atravesamos las puertas de salida, para encontrarnos, de pronto, con decenas de familiares y amigos. La pancarta de bienvenida y algunos productos autóctonos para degustar, como el pan con chorizo o clipper de fresa, fueron simplemente un ingrediente más a tan emotivo momento.....no había duda, un gran recibiento!
Hoy, un año después de nuestra salida y casi cuatro meses y medio después de la vuelta, las sensaciones son difíciles de expresar. Sólo recordamos lo enriquecedor de una experiencia así y la cantidad de personas, lugares, momentos, comidas y demás detalles que hay por conocer y por disfrutar en esto que conocemos como nuestro Mundo.
Por último, sólo añadir que una vez regresamos de nuestro periplo por el extranjero teníamos dudas sobre que hacer con el Blog. Pensamos finalizarlo junto con el viaje. Pero realmente nos apetece seguir escribiendo y contándoles cosas que pudieran ser de interés. Así que te animamos a seguir con nosotros.
Hoy, un año después de nuestra salida y casi cuatro meses y medio después de la vuelta, las sensaciones son difíciles de expresar. Sólo recordamos lo enriquecedor de una experiencia así y la cantidad de personas, lugares, momentos, comidas y demás detalles que hay por conocer y por disfrutar en esto que conocemos como nuestro Mundo.
Por último, sólo añadir que una vez regresamos de nuestro periplo por el extranjero teníamos dudas sobre que hacer con el Blog. Pensamos finalizarlo junto con el viaje. Pero realmente nos apetece seguir escribiendo y contándoles cosas que pudieran ser de interés. Así que te animamos a seguir con nosotros.